Novena del Milagro a Nuestra Señora de Perpetuo Socorro
$2.50
- Descripción
- Valoraciones (0)
Descripción
Novena del Milagro a Nuestra Señora de Perpetuo Socorro
La historia del icono de la Virgen del Perpetuo Socorro
Un siglo y medio de la imagen considerada milagrosa
El 27 de junio de 2015, los redentoristas de todo el mundo comenzarán la celebración del 150º aniversario de la entrega de la imagen de la Virgen del Perpetuo Socorro, realizada por el papa Pío IX en 1866 a la Congregación del Santísimo Redentor (redentoristas), con el encargo de “darla a conocer por todo el mundo”.
Este aniversario, que se celebrará con el lema Madre del Perpetuo Socorro, Icono de amor, finalizó el 27 de junio de 2016.
Icono
El icono del Perpetuo Socorro llegó a Roma, desde Creta, hacia el año 1500. Durante casi 300 años estuvo expuesto en la iglesia de San Mateo de la capital italiana, con fama de milagroso.
Con la llegada de las tropas de Napoleón a esta ciudad en 1789, la iglesia de San Mateo fue destruida y el icono pasó a una capilla particular de los padres agustinos, y con el tiempo, también pasó al olvido.
En 1855 los redentoristas compraron el terreno donde estaba la antigua iglesia de San Mateo, cerca de Santa María la Mayor, para construir su casa generalicia.
No tardaron en llegar rumores de que allí había estado expuesta una imagen milagrosa de la Virgen del Perpetuo Socorro. Al encontrar la imagen, en 1865, los redentoristas solicitaron al Papa poder llevarla de nuevo a su antigua morada, hecho que se produjo en 1866.
Sobre este libro
¡Oh, Santísima Virgen María, a fin de inspirarnos entera confianza, quisiste tomar el dulcísimo nombre de Madre del Perpetuo Socorro!
Suplícoos que os dignéis socorrerme en todo tiempo y lugar: en mis tentaciones, después de mis caídas, en mis dificultades, en todas las miserias de la vida, y especialmente en la hora de mi muerte.
Dadme, oh, ¡Misericordiosa Madre, el pensamiento y el hábito de recurrir constantemente a vos, pues estoy cierto que si os invoco con fidelidad, no dejaréis de socorrerme. Alcánzame, pues, esta gracia de las gracias; la de suplicaros incesantemente con la confianza de un niño, a fin de que, en virtud de esta oración fiel, obtenga vuestro Perpetuo Socorro y perseverancia final.
¡Bendecidme, oh tierna y bienhechora Madre y rogad por mi ahora y en la hora de mi
muerte!…
Novena del Milagro a Nuestra Señora de Perpetuo Socorro
Valoraciones
No hay valoraciones aún.