Novena a Santa Rita

Novena a Santa Rita

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Descripción

Novena a Santa Rita

Estos extraordinarios milagros llevaron a santa Rita a la canonización

La “santa patrona de lo imposible” siempre ha estado asociada con lo milagroso

Santa Rita de Casia fue una mujer humilde y santa que vivió en el siglo XV. Tanto durante su vida como después de su muerte, santa Rita fue una poderosa intercesora, siempre rezando por los más necesitados.

Tras morir de tuberculosis, Rita fue casi de inmediato vinculada a múltiples milagros. Según el escritor Bert Ghezzi, “tres días después, Domenico Angeli, un notario de Casia, registró once milagros que ocurrieron justo tras la muerte de la santa”.

Desde entonces, ha sido ampliamente reconocida como intercesora milagrosa, con innumerables milagros que ocurrieron a través de su intercesión celestial, en especial en causas imposibles.

Gloriosa y Bienaventurada Santa Rita de Casia, amada protectora mía, postrado a vuestros pies con toda humildad y rendimiento, os suplico por vuestro dulce esposo, Nuestro Señor Jesucristo, os dignéis interponer con su adorable Majestad vuestra eficaz y poderosa intercesión para que mediante ella y vuestros grandes méritos , consiga yo la gracia de agradarle, amarle y servirle y una total resignación de su voluntad Amén.

Sin embargo, no fue hasta el 1900 que Rita fue oficialmente canonizada. Hicieron falta tres milagros increíbles para preparar el camino de su canonización, demostrando que los fieles pueden rezar sin dudarlo a esta poderosa santa. Aquí hay un registro de estos tres milagros, según se notificaron en el decreto oficial de canonización.

Perfume de su cuerpo sin vida

El primer milagro consiste en un aroma agradable que emana de los restos del cuerpo de la santa, cuya existencia está confirmada por muchos testigos de confianza y tradición fiable.

No puede darse causa natural a la existencia de este olor, como vemos en la investigación física que ha sido realizada por hombres de la mayor habilidad en estos temas.

Es más, este perfume se dispersa de una manera por encima de las leyes habituales de la naturaleza. De ahí que deberíamos convencernos de que esta fragancia tiene su origen en la intervención divina.

«¡Puedo ver!»

Otro milagro le sucedió a Elizabeth Bergamini, una joven con riesgo de perder la visión a causa de la viruela. Sus padres, tras la certidumbre de los médicos de que la enfermedad de la joven era tan grave que la ayuda médica sería inútil, decidieron enviarla al convento de San Agustín en Casia, suplicando con fervor a santa Rita que librara a su hija de la ceguera.

A su llegada al convento, la niña iba vestida con un vestido votivo en honor de santa Rita. Después de cuatro meses, cierto día Elizabeth gritó que podía ver. Junto con las monjas, empezó de inmediato a dar gracias a Dios por provocar este milagro a través de santa Rita.

Un enfermo grave que recuperó el vigor

El tercer milagro le ocurrió a Cosimo Pelligrini, que sufría de gastroenteritis catarral crónica y de una aflicción hemorroidal tan grave que no había esperanzas de recuperación.

Un día, al volver de la iglesia se sintió tan débil por un nuevo ataque de su insoportable enfermedad que estaba cercano a la muerte.

Los médicos reunidos le recomendaron recibir los últimos Sacramentos, que recibió postrado en la cama con todo pronóstico de estar próxima su muerte, cuando de repente pareció ver a santa Rita en actitud de bienvenida.

Acto seguido le regresaron su anterior fortaleza y apetito y en un periodo de tiempo muy corto fue capaz de hacer las labores de un hombre joven, aunque ya era un hombre de edad avanzada, septuagenario.

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